Comprar o alquilar piso, ¿qué es más recomendable?

Isabel Rodríguez Isabel Rodríguez
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Si has enfrentado la tarea de abordar tu independencia residencial la cuestión te resultará familiar. ¿Comprar o alquilar un piso? Es la eterna pregunta de todo aquel que piensa en establecerse en un lugar determinado, ya sea por motivos laborales, por un cambio de aires o, sencillamente, por lanzarse a la tan ansiada emancipación. Pero ¿cuál es la mejor opción?

La pregunta es recurrente y aunque, tradicionalmente, España es un país que ha apostado durante décadas por comprar, los tiempos cambian como lo hace la mentalidad de la gente y, cómo no, el mercado inmobiliario. Tanto es así que, de un tiempo a esta parte, la cuestión no está tan clara y, en este libro de ideas, te damos algunas claves para disipar tus dudas al respecto.

No existen fórmulas universales

En contra de lo que pueda parecer, no hay una receta única para todo el mundo de modo que, a la hora de responder a la pregunta de si es más o menos acertado comprar o alquilar un piso, entran en juego multitud de variables. La primera tiene que ver con tus propios objetivos ¿estás buscando una casa para toda la vida o tal vez una residencia temporal? ¿Te planteas la cuestión por una circunstancia coyuntural o es una decisión meditada?

A partir de ahí, toca analizar al detalle diferentes aspectos y, cómo no, echar cuentas para ver qué opción se ajusta mejor a tus intereses y presupuesto.

Comprar o alquilar, aspectos generales

Además de tener claras tus motivaciones, antes de decidirte a comprar o alquilar un piso, debes abordar otras cuestiones que van desde la ubicación hasta el diseño, pasando por la antigüedad de la construcción, el acceso a los servicios, el precio…

Cada uno de estos aspectos te ayudará a definir el tipo de vivienda que estás buscando y, en consecuencia, también a conocer cómo puede responder el mercado a tus preferencias.

El ahorro, una cuestión clave

Tener ahorros no es ningún capricho cuando se trata de comprar o alquilar una casa. Ambas opciones implican, necesariamente, disponer de cierto remanente para poder alcanzar tus objetivos. Esta es, quizás, la primera diferencia notable entre una y otra alternativa ya que, en el caso del alquiler, la inversión inicial que habrás de realizar será más contenida.

Por lo general, a la hora de comprar un piso tendrás que aportar, como mínimo, en torno a un 10-12% del valor de la vivienda para los gastos. El porcentaje, eso sí, puede incrementarse hasta el 30%, aproximadamente, si tenemos en cuenta que, por lo general, las hipotecas cubren alrededor del 80% de la inversión.

Comprar un piso: gastos

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Si bien es cierto que el ahorro para la inversión inicial será una cuestión de peso para comprar un piso, no es lo único que, en materia de presupuesto, has de tener en cuenta. Además del desembolso que supone firmar las escrituras de la nueva propiedad (y el compromiso adquirido con el banco durante décadas en concepto de hipoteca), ser titular de una vivienda lleva implícito asumir otra serie de gastos.

El impuesto de bienes inmuebles anual, los gastos mensuales de comunidad o el seguro de la vivienda son los principales. Eso sí, aunque estos desembolsos serán inherentes a tu condición de propietario, también lo será la titularidad de la vivienda que, a la larga, no solo puede convertirse en tu hogar sino en un activo para tu economía.

¿Mejor optar por alquilar un piso?

El mercado del alquiler ha vivido en los últimos tiempos su época dorada aunque, en lo tocante a los inquilinos, tiene luces y sombras. El alquiler turístico, entre otras cuestiones, ha impulsado la subida de los precios lo que, en ocasiones, dificulta el acceso a este tipo de inmuebles. Pero más allá de los precios en sí ¿es rentable alquilar un piso?

La respuesta es subjetiva aunque la inversión puede ayudar a despejar algunas dudas. En estos casos, los gastos iniciales son inferiores a los que habrás de asumir al comprar un piso ya que, en principio, habrás de disponer de la mensualidad y, uno o dos meses de fianza. Los impuestos y gastos en comunidad o seguros también correrán, a priori, a cargo del arrendador por lo que, aunque la cuota mensual puede ser sensiblemente superior a la de una hipoteca, no tendrás que preocuparte de gastos inesperados (más allá de los suministros).

Echar cuentas

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Ahora bien, aunque el presupuesto será, sin duda, una de las piedras angulares sobre las que asentar tu decisión, la rentabilidad de tu inversión va más allá de saber cuánto habrás de abonar de cuota de hipoteca o de alquiler por tu piso.

En ambos casos, el Banco de España recomienda no destinar más del 30% de tu sueldo a esta cuestión ya sea con el fin de conseguir el bien o, como sucede con el alquiler de un piso, invertir en su uso.

Otros factores a tener en cuenta

Si las cuentas no suponen un problema para tu economía, hay otros factores que pueden ayudarte a decidir entre comprar o alquilar un piso. ¿Es una decisión a largo plazo o algo temporal? El alquiler ofrece mayor flexibilidad a la hora de trasladarse aunque debes tener presentes las condiciones contractuales que, en muchos casos, obligan a avisar con varios meses de antelación.

Tampoco está de más considerar dónde está ubicada la vivienda objeto de deseo. ¿Está próxima al trabajo? ¿Familia? ¿Amigos? ¿Tiene buenas comunicaciones? ¿Acceso a servicios? La distancia a unos y otros puede suponer un aumento de los gastos mensuales pero conocer las posibilidades de revalorización de una zona en particular, también puede ayudarte a decantar la balanza hacia la compra o el alquiler.

Tu casa, tu hogar

El fin último de la decisión de comprar o alquilar un piso no es otro que hacer de él un auténtico hogar. Sin embargo, también en esta cuestión una y otra alternativa ofrecen ciertas diferencias. Si te decantas por convertirte en propietario serás dueño y señor de todo lo que tenga que ver con los cambios, interiorismo o personalización de los espacios algo que, en el caso del alquiler, deberás consultar con el propietario de la vivienda.

En cualquier caso, la decisión es personal y, sea cual sea la que tomes, lo importante es conquistar los espacios para entonar sin complejos aquello de 'hogar, dulce hogar'.

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