¿Habéis pensado alguna vez cómo sería vivir bajo tierra? Quizás ya lo habéis experimentado. Quizás vuestra vivienda, al igual que la que hoy os mostramos en este libro de ideas, está ubicada en el sótano de un edificio. Entonces sabréis que el principal problema de esta ubicación es la entrada de luz. Algo que se pude solucionar con un diseño previo bien calculado, espacios sin particiones, muebles que no lleguen al techo y huecos en los lugares más insospechados, siempre buscando atrapar un poco de luz.
Una tarea nada fácil. Algo de lo que saben muy bien y mucho los autores del proyecto: el estudio de diseño de interiores Sánchez y Delgado.
Para que la luz tan valiosa que entra en la vivienda consiga llegar hasta el máximo de estancias posibles, es necesario no poner barreras. Es decir, que la luz no se encuentre con particiones interiores o con muebles que lleguen hasta el techo. Por eso la sala central del apartamento es un espacio diáfano donde conviven el salón, la cocina y el comedor. Y aunque no hay separaciones físicas, la distribución de los muebles, así como los colores, marcan los límites de cada zona.
En esta fotografía se aprecia cómo la ventana horizontal del fondo es la fuente de luz principal de la sala. Por este motivo, el gran armario blanco de la cocina no llega hasta el techo, dejando pasar toda la luz.
Hay muchas cosas de las que hablar en esta fotografía. Como la sensación de amplitud que tenemos, aunque el apartamento solo tenga 55 metros cuadrados. Algo que podemos atribuir a la distribución de los muebles, pero también a los muebles en sí mismos, sencillos y de colores neutros. Sin embargo hay algo más. Y nos referimos al cuadro que se apoya en el suelo, y que no solo sirve de decoración. Sino también para generar un ilusión óptica aumentando la profundidad de la sala.
La cocina tiene un diseño minimalista, con líneas rectas y volúmenes cúbicos muy bien definidos. Todo es blanco, para aumentar la luminosidad. Pero además, se ha diseñado una iluminación artificial que crea una atmósfera bastante futurista, ¿no os parece? La isla que separa la cocina del salón es una pieza que vuela sobre un único soporte y justo debajo se ha ubicado la iluminación que se ve reflejada en el suelo.
De esta forma la cocina se convierte en un punto de referencia y de luz.
En viviendas pequeñas y con poca luz es fundamental no recargar los espacios con demasiados muebles, ni tampoco con mucha decoración en las paredes o una mezcla excesiva de colores. Por este motivo la cocina se ha diseñado en el perímetro en una esquina de la casa, con una isla central y toda ella en blanco. Sin embargo, cuenta con suficiente espacio tanto de trabajo como de almacenaje.
Si queréis conocer más trucos sobre cómo decorar espacios con poca luz, no os perdáis: ’Consejos para ganar mucha luz en una habitación’.
El blanco es el único color que vemos en el dormitorio, ya que como sabemos es el que mejor refleja la luz. Tanto las paredes, como los muebles y los tejidos son blancos. Y la original lámpara de techo es la encargada de rematar el conjunto.
Si a lo largo de las imágenes hemos descubierto una vivienda centrada únicamente en el color blanco, los muebles de líneas ortogonales y rectas y las superficies pulidas y con brillos, en el cuarto de baño nos vamos a encontrar algo diferente. Aquí la madera se ha colado, creando una atmósfera diferente muy acogedora.