En el libro de hoy nos ocuparemos de una vivienda que fue completamente restaurada en el barrio de Gràcia en Barcelona en manos del estudio OAK 2000. Estaba completamente deteriorada, pasada de moda y a medida que el paso del tiempo avanzaba esta situación se empeoraba. Sin embargo, con gran cuidado y audacia los arquitectos conservaron algunos elementos que resultaban de gran interés como baldosas hidráulicas o carpinterías de madera con molduras que pertenecían al modernismo catalán. De esta manera, el proyecto procuró recuperar y restaurar estas piezas e integrarlas en un escenario moderno de espacios abiertos y diáfanos, de minimalismo formal y estética con influencias del estilo escandinavo.
Te proponemos hacer un recorrido por los distintos ambientes de esta casa y descubriendo el gran cambio que sucedió en cada uno de ellos comparando antes y después de la reforma.
Antes el pasillo era largo y oscuro, como muchas veces ocurre en la mayoría de las viviendas donde la circulación se da a partir de uno similar. Sus paredes necesitaban ser reparadas y requería de un diseño de iluminación que mejorará la calidad espacial en general. Sin embargo, contaba con detalles que restaurados podían convertir a este pasillo en un lugar único.
Tras la reforma, este espacio ganó calidad y se convirtió en uno de los más especiales de la casa. No se modificó su geometría sacando partido de sus proporciones generosas en cuanto al largo y el ancho del mismo. El diseño del solado gracias a las baldosas hidráulicas recuperadas brillan y se dejan lucir gracias a las luminarias lineales incorporadas en las aristas del techo. El color blanco de las paredes también favorece la gran luminosidad con la que cuenta este espacio sin embargo, las diferentes carpinterías de madera marcan un ritmo y destacan la entrada a diferentes espacios.
El color amarillento de los muros no era el tono que más favorecía para destacar los pequeños detalles con los que contaba esta habitación. Junto con las baldosas la atmósfera del cuarto se lucía anticuada y clamaba a gritos una renovación de estilo. ¿Cómo podía actualizarse y al mismo tiempo mantener la misma esencia modernista?
Para lograr una renovación completa, la mejor elección fue pintar por completo de blanco las paredes del cuarto. De esta manera, se ganó luminosidad y amplitud para que las verdaderos protagonistas del lugar sean la carpintería de madera las baldosas hidráulicas. A su vez, se incorporó un nuevo espacio de almacenamiento en uno de los muros laterales para no interrumpir con la estética global del nuevo dormitorio.
Durante la reforma de la casa, se procuró crear espacios más funcionales y cómodos para los propietarios. El cuarto de baño fue uno de ellos y a través de los revestimientos, materiales y el diseño en general se buscó la mayor practicidad posible, intentando además continuar con la misma lógica empleada en los otros ambientes. Se mantuvieron las mismas baldosas originarias y en las paredes se incorporó un revestimiento cerámico blanco. Por otro lado, se incorporó una amplia ducha separada del resto del ambiente a través de una mampara de vidrio transparente. Un mueble de madera volado contiene al lavabo e introduce la nota de madera característica de todas las estancias.
Aprovechando el espacio en L que ofrecía el planteo original, la nueva cocina se instaló justo en ese sector para diferenciarla del área del comedor. El gran broche de oro es una pieza casi escultórica que se ubica en el comedor, se trata de una gran mesa blanca con patas de madera maciza. A partir de dos grandes vanos, este espacio se abre al living y se articula de manera integrada.
Por último, llegamos a la sala principal, el living. Es uno de los espacios de la casa donde el estilo evoca con más intensidad los interiores escandinavos. Las aberturas oscuras contrastan con las paredes blancas y las hermosas baldosas.
Si querés seguir inspirandote te recomiendo el libro, ¿Cómo es una casa en Alemania?, ¡te va a encantar!.