Si crees que tu cocina ya está vieja, obsoleta, lo que un día fue buen gusto hoy ha pasado de moda y luce desgastada, opaca y sin chiste, y crees que no tiene solución y a veces te dan ganas de demolerla completa, ¡espera! Todo tiene solución, ¡hasta la cocina más feíta!
Hoy vamos a ser testigos de la remodelación de una cocina que realmente no era tan feíta, de hecho era bastante funcional, pero ya lucía vieja y no era nada atractiva. El estilo campestre que alguna vez tuvo se veía de mal gusto y muy viejo. Pero una reestructuración al mobiliario y un cambio de color le ha dado nueva vida, por supuesto a manos de un equipo de profesionales como el de Anna Cavezzali, ¡te invitamos a comprobarlo!
No entendemos cómo es que, si la cocina se diseñó con una tendencia campirana a los colores marrones, se hayan incluido gabinetes en color blanco y puertas de acrílico translúcidas… Esto hacía que no se percibiera un estilo claro y uniforme.
La mezcla de estos colores y, considerando que no cuenta con ventanas por ningún lado y la única luz que la ilumina es la que comparte el comedor y la estancia a lo lejos, la habitación se percibía muy oscura, nada práctica ni inspiradora.
Si bien la barra de madera podía levantarse o dejarse abajo para mayor funcionalidad del espacio, la verdad es que era mejor aprovechar que estaba abajo y rellenar la habitación con cosas, en lugar de darle un uso adecuado.
Después de varias propuestas de diseño, en donde se cambiaba el refrigerador al lado contiguo, se eliminaba la barra desayunadora y se instalaban puertas de madera oscura, los propietarios se decidieron por esta propuesta: gabinetes superiores e inferiores blancos, el refrigerador a un costado de los electrodomésticos y protegido por unas puertas que dan la apariencia de alacena, y un desayunador moderno.
Este boceto nos da un poco más clara la idea de lo que habrá de construirse. Con el simple dibujo, el espacio se percibe más amplio y mejor organizado, a pesar de contar con la misma distribución.
Por fin se construyó una barra permanente, y su instalación incluyó un gabinete inferior, para darle un uso más práctico y completo, y de esta forma dejarían de colocarse las cosas en el piso, pudiendo guardar perfectamente en los nuevos espacios.
La nueva cocina ¡es muy moderna, clara y hasta luce mucho más grande! ¿Cuál fue el secreto para que esto sucediera? El color y el estilo. Los nuevos muebles constan de puertas ciegas, blancas, sin manijas ni piezas sobresalientes, algunas puertas translúcidas y un espacio libre arriba. Además se integraron spots sobre el cielo, creando un sistema de iluminación claro y uniforme. La encimera en color gris es el único toque de color que marca una diferencia en los niveles del mobiliario, de forma elegante y sutil.
El color blanco aprovecha mejor la luz que se comparte desde el área social, generando esta sensación de amplitud y frescura. ¡Un gran cambio para una gran cocina!
Para seguir inspirádote, te dejamos 10 consejos para sacarle provecho a una cocina pequeñita.