10 cálidos y modernos salones en beige

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Si en la decoración de nuestro dormitorio se nos está permitido arriesgar y jugar a nuestras anchas, en la del salón de casa se aplica una máxima distinta. Aquí, cada elemento es clave y suma a un conjunto pensado para el confort de quienes disfruten en él. O lo que es lo mismo, arriesgar, ni mucho ni tan poco. Recuerda que una decoración inteligente es la clave para conseguir espacios armónicos.

Y ya puestos manos a la obra, son muchas las preguntas que nos invaden de cara a decorar la habitación clave de casa: que si los muebles, el revestimiento de suelos y paredes, la iluminación, los accesorios… así hasta una lista que se alarga a medida que avanzamos en el proceso. Pero si una casa se empieza por el tejado, un salón lo hace por el color de sus cuatro paredes, y en definitiva, por el tono que queremos que luzca. Nosotros, hemos querido hacer de los colores beige nuestros absolutos protagonistas. ¿El motivo? Han sabido mantenerse como tendencia y símbolo de elegancia dentro de cualquier estilo, contribuyen a crear ambientes cálidos y acogedores además de ser fácilmente combinables con el resto de tonos. ¿Necesitas más motivos para pasarte al beige? Aquí tienes diez.

Para salones amplios

Espacios tan amplios como el de la fotografía requieren de una atención especial cuando se trata de elegir el color que queremos que luzcan. Así, equilibrio visual y armonía se convierten en las máximas que no podemos pasar por alto. Es por ello que la paleta de los tonos neutros es para muchos la mejor opción para decorar salones que se entremezclan con la zona del comedor. En textil, madera o cristal, el beige puede combinarse con otras grandes apuestas de su gama como lo son el ocre, el marrón y el blanco crudo. ¿El resultado? Espacios amables en los que apetezca pasarnos horas y horas al refugio de las bajas temperaturas.

Colores tierra

El beige forma parte de los llamados colores tierra y es, junto a la gama de los marrones, el encargado de crear espacios cómodos y acogedores al servicio del estilo que hayamos elegido. Es además un color neutro que ni cansa ni agota. Esta condición nos permite utilizarlo indistintamente y combinarlo con el resto de la gama de colores lo que ha hecho de él uno de los grandes clásicos a la hora de decorar la habitación más pública y social de casa. Una manera original de incluirlo es jugar con las texturas y, en definitiva, con todo el mobiliario y elementos decorativos a nuestra disposición. Así por ejemplo, en la decoración de la fotografía el beige está presente en los textiles del sofá y la alfombra, pasando por un tono más oscuro en los suelos, y una textura rugosa y más light para las paredes. Todo es cuestión de combinar con acierto.

Las luces, nuestras aliadas

Cuando la ubicación de nuestro salón nos es la más apropiada para recibir luz natural, debemos agudizar el ingenio y pensar en alternativas que compensen esta carencia. En este sentido, la elección del color y de la propia luminaria en sí, se convierten en una cuestión clave. Por una parte, elegir una combinación entre blancos y beige se traduce en un aumento de la sensación espacial, mientras que si multiplicamos las fuentes de luz artificial, acabaremos por no echar en falta los grandes ventanales. Ahora bien, es importante elegir una luminaria en tonos naturales, si no queremos romper con la armonía visual que se ha conseguido con los tonos neutros en la decoración.

El beige nunca pasa de moda

Otra de las grandes ventajas de una decoración en beige es su carácter atemporal. Una cualidad que no podemos menospreciar ya que le asegura a nuestro salón lucir siempre una imagen actual y fresca. En el diseño de la imagen se ha optado por una base en blanco, a la que se ha decorado con sutiles contrastes de los tonos tierras: desde el diseño de algunos accesorios en las paredes, hasta los muebles en madera que aportan el encanto de lo natural. Una decoración básica, cuca y estilosa.

Beige oscuro, casi marrón

Si por el contrario, las fuentes de luz natural no son un problema, podemos subir algo más el tono de la decoración y decantarnos por los marrones. La intención es transmitir una sensación de confort, mientras se trabaja en un espacio lleno de personalidad y contrastes. En este caso, las luces se han reservado exclusivamente a la cubierta con un diseño original en líneas rectas discontinuas. Tampoco se ha dejado de lado algún que otro detalle en beige, como en el textil de los sofás y en las estanterías de la pared. Por último, el diseño de los muebles aporta cierto halo de sofisticación al diseño de este salón moderno.

Hogar, dulce hogar

Apostar por los tonos neutros en el mobiliario y en los accesorios es todo un acierto, y jugar con ellos, nuestro mejor recurso para romper con la monotonía en las grandes superficies dedicadas a este color. En el diseño de la fotografía el conjunto de cuadros con los que se ha decorado una de las paredes principales del salón aporta un dinamismo visual que diferencia el mueble de la pared y, junto al resto de pequeños accesorios, hacen del salón un espacio afable en el que se respira aroma de hogar. 

De estilo clásico

En la decoración de este diseño, blancos y marrones se funden de manera perfecta para conseguir un espacio lleno de equilibrio visual. Y al contrario de lo que sucedía en nuestra anterior inspiración, aquí el blanco se ha reservado para unas paredes llenas de relieves, no tanto por su diseño en sí, sino más bien por los pequeños detalles en color ocre que se le ha añadido. Además de serlo en el sofá principal, es el protagonista de otros muebles auxiliares como los sillones y la tarima de roble maciza de corte imperial. La decoración de este salón es un buen ejemplo de que el beige (y todos los colores neutros) no entienden de estilo cuando se trata de decoración.

La arquitectura también es de tonos neutros

Hemos visto que los beige funcionan muy bien tanto para espacios pequeños como para espacios más amplios. La clave, como en toda decoración, es saber jugar con la amplia gama que nos ofrece, así como distribuirla de manera inteligente a lo largo de la estancia. Si, como ocurre en el diseño de la imagen, sofá y moqueta coinciden en la tonalidad, entonces lo ideal es reservar los contrastes visuales para los detalles: cuadros, lámparas, revestimientos, ¡todo vale! 

Por otra parte, la arquitectura de este salón también le ha permitido romper la uniformidad en todos los sentidos, aportando su granito de arena en la construcción de espacios amplios pero cálidos.

Llenos de luz

Tener grandes ventanales en nuestro salón no es excusa para descartar el beige como el gran protagonista de su decoración. Es, de hecho, su compañero ideal para potenciar esa sensación de haber entrado a un salón grande. El de la imagen, ha incluido además un elemento natural, las plantas, para potenciar esa tranquilidad que provocan espacios abiertos. Éstas, por supuesto en la misma línea de los tonos neutros. 

El color de la elegancia

El beige se sirve de la gama de marrones para conseguir entornos llenos de contrastes y personalidad, cualidades que lo han convertido en la opción donde todo está permitido, siempre que juguemos con él. Tan elegante como el negro, pero sin llegar a saturar como los colores más vivos, podemos asegurar que el beige encabeza la lista de los tonos elegidos para decorar el salón de nuestra casa.

Pero si aún no tienes muy claro qué color quieres que luzca, te invitamos a pasarte por este libro de ideas y tomar nota de las propuestas que nuestros expertos nos traen.

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