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Cuando pensamos en reformar nuestra cocina, la mayoría nos planteamos un cambio radical, una obra que arrase con pavimento y revestimiento, que cambie los muebles e incluso que modifique los accesos y la distribución. Vamos, que nos planteamos la obra de El Escorial y así pasa lo que pasa: acaba por darnos pereza y lo vamos dejando hasta que nuestra cocina se vuelve tan obsoleta y anticuada que no nos queda otro remedio.
Sin embargo, no es necesario llegar a ese extremo y es que para darle un nuevo aire a la cocina no hace falta ponerlo todo patas arriba. Pequeños cambios pueden hacer que la cocina luzca como nueva. ¡Veamos algunas ideas!
Lo más normal es que las paredes de la cocina tengan alicatado, pero hoy en día es bastante común contar con partes de ella en la que el revestimiento elegido es un enlucido. En tales casos siempre podemos cambiar el color de esa pared y darle un aire nuevo: bien con un color intenso, bien volviendo al clásico blanco.
No hace falta que cambies el mobiliario, siempre que puedas variar el color. Dependiendo del tipo de material que hayas utilizado, puedes comprar pintura especial para que agarre en todas las superficies o, en el caso de los muebles lacados, es posible comprar vinilos para cubrir la superficie y cambiarla radicalmente de color.
Pero no solo hablamos de los muebles de trabajo y almacenamiento: sillas, mesas y otros complementos son candidatos perfectos a cambiar de color.
Este es un buen consejo para las cocinas de la casa del pueblo. Normalmente no queremos invertir mucho en ellas, pero si queremos darle un aire más fresco y diferente podemos utilizar los textiles. Poner pequeñas cortinas o puntillas en los estantes de una fresquera o aparador nos llevará de vuelta a las cocinas de las abuelas: un toque muy entrañable para los espacios más rústicos.
A veces el aspecto de las habitaciones no depende tanto de lo que vemos, sino de cómo lo vemos. Ahí es donde entra en juego la iluminación de cada espacio. Una forma sencilla y poco aparatosa de darle un aspecto distinto a nuestra cocina es modificando la iluminación. Con luminarias más modernas le darás un aire más actual.
A veces, la necesidad imperiosa de cambiar nuestra cocina parte del caos. Si no nos organizamos bien, o si la cocina es muy pequeña, podemos sentirnos agobiados en ella y requerir un cambio que, en realidad, no es tan necesario. Mejora el orden y mejorarás la sensación de hogar de la cocina. Algunos trucos pasan por optimizar los cajones, utilizando distribuidores para tener cada pieza siempre donde hace falta.
Si tienes un pequeño rincón en la cocina que no ha sido utilizado, añade un nuevo mueble. Eso sí, procura que sea lo más funcional posible. En cocina hay muchas piezas multiusos, que lo mismo son una cajonera que una mesa para el desayuno o un armario con estantes extraíbles y una estantería a la vez. Es la magia del diseño, utilízalo.
Y de muebles ultramodernos a piezas sacadas del desván de casa de la abuela. La magia de los aparadores antiguos le dará un aire muy especial a la cocina, sin importar su estilo. Pero además recuerda llenar este aparador de recipientes y cuencos con alma. Un lugar de exposición para piezas que, además, son muy prácticas.
Por último, si tu cocina te encanta pero tu cuerpo te pide cambio… ¡empieza por los platos! Hoy en día existen muchos artesanos y ceramistas que realizan piezas espectaculares, así que no te conformes con los platos de toda la vida que verás repetidos en cada casa a la que vayas. Ten tu propia vajilla y disfruta más de tu cocina.
Si aún así sigues pensando en hacer una gran reforma, te aconsejamos que el eches antes un vistazo al artículo: Reformas en la cocina: 6 aspectos a tener en cuenta
